miércoles, 27 de agosto de 2014

Para Hector Gonzalez, mi abuelo.

Nunca pensé que sería la última vez. La casa de mis abuelos se encontraba tan llena de vida que jamás pensé que no volvería a verlo.

-“Vamos a saludarlos y mañana vamos a la costa” dijo mi mamá con alegría.

Era sábado por la tarde y hacía mucho calor, en el Renault 9, mi madre, mis dos hermanos menores y yo, nos dirigíamos a despedir a nuestros abuelos porque al otro día nos esperaba un largo viaje hacia Villa Gesell. Jamás pensé que esa visita seria la última con él presente.

Cuando llegamos, todo se encontraba en el mismo sitio. Los sillones antiguos verdes frente al viejo televisor, la cocina pintada de naranja y el mate listo sobre la mesa. Nos recibieron con mucha felicidad, sabían que durante 15 días no iban a vernos, asique nos agasajaron de la mejor manera posible. Fue una tarde de mates, charlas y risas, por lo cual se hizo muy corta.

“Quédense a comer, voy a hacer empanadas” propuso mi abuela.

Accedimos sin pensarlo dos veces. La preparación de las empanadas se puso en marcha. Las mismas serian fritas y de carne . Mi sabor favorito era de Jamón y queso, pero el solo hecho de estar en familia hizo que mi preferencia se cambie al gusto de “carne” en cuestión de segundos.

Teníamos hambre. Mi abuelo para matar el tiempo nos hacia reír, jugaba con nosotros como un chico mas, mirábamos en la televisión la carrera de caballos como si entendiéramos algo de ese deporte. Estar juntos era suficiente.

¡A comeeeeeeer!” gritaron mi abuela y mi madre.

Por fin estábamos en la mesa, las empanadas estaban calientes, pero mis hermanos y yo teníamos mucha hambre. Mi abuelo tomo nuestras empanadas, las puso junto a una botella fría y luego espero un momento. Cuando vio nuestras caritas de impaciencia, las alejo de la botella y nos dio una empanada a cada uno. ¡Se podían comer!, Ya no estaban tan calientes. Nos alegraba saber que el abuelo estaba cuidándonos hasta en esos pequeños detalles
.
Era de madrugada y teníamos que volver a casa. Mamá debía dormir bien para mantenerse alerta si papá necesitaba algo mientras manejaba mañana por la mañana. Agarramos nuestras cosas y los despedimos.

-“Cuida bien a los nenes” Le dijo mi abuelo  a mi mamá.



Esa fue la última vez que vi a mi abuelo, de haberlo presentido lo hubiera abrazado mas fuerte.

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