Nunca pensé que sería la última vez. La casa de mis
abuelos se encontraba tan llena de vida que jamás pensé que no volvería a
verlo.
-“Vamos a saludarlos y mañana vamos a la costa” dijo mi
mamá con alegría.
Era sábado por la tarde y hacía mucho calor, en el
Renault 9, mi madre, mis dos hermanos menores y yo, nos dirigíamos a despedir a
nuestros abuelos porque al otro día nos esperaba un largo viaje hacia Villa
Gesell. Jamás pensé que esa visita seria la última con él presente.
Cuando llegamos, todo se encontraba en el mismo sitio.
Los sillones antiguos verdes frente al viejo televisor, la cocina pintada de
naranja y el mate listo sobre la mesa. Nos recibieron con mucha felicidad,
sabían que durante 15 días no iban a vernos, asique nos agasajaron de la mejor manera
posible. Fue una tarde de mates, charlas y risas, por lo cual se hizo muy
corta.
“Quédense a comer, voy a hacer empanadas” propuso mi
abuela.
Accedimos sin pensarlo dos veces. La preparación de las
empanadas se puso en marcha. Las mismas serian fritas y de carne . Mi sabor
favorito era de Jamón y queso, pero el solo hecho de estar en familia hizo que
mi preferencia se cambie al gusto de “carne” en cuestión de segundos.
Teníamos hambre. Mi abuelo para matar el tiempo nos hacia
reír, jugaba con nosotros como un chico mas, mirábamos en la televisión la
carrera de caballos como si entendiéramos algo de ese deporte. Estar juntos era
suficiente.
“¡A
comeeeeeeer!” gritaron mi abuela y mi madre.
Por fin estábamos en la mesa, las empanadas estaban
calientes, pero mis hermanos y yo teníamos mucha hambre. Mi abuelo tomo
nuestras empanadas, las puso junto a una botella fría y luego espero un
momento. Cuando vio nuestras caritas de impaciencia, las alejo de la botella y
nos dio una empanada a cada uno. ¡Se
podían comer!, Ya no estaban tan calientes. Nos alegraba saber que el abuelo
estaba cuidándonos hasta en esos pequeños detalles
.
Era de madrugada y teníamos que volver a casa. Mamá debía
dormir bien para mantenerse alerta si papá necesitaba algo mientras manejaba
mañana por la mañana. Agarramos nuestras cosas y los despedimos.
-“Cuida bien a los nenes” Le dijo mi abuelo a mi mamá.
Esa fue la última vez que vi a mi abuelo, de haberlo
presentido lo hubiera abrazado mas fuerte.
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